El feminismo es un movimiento social y cultural que ha marcado pauta en la igualdad de género, otorgando derechos de la mujer importantísimos para el desarrollo de una sociedad justa, quizá una forma de derecho más conocido del movimiento feminista y los derechos de la mujer sea el sufragio femenino.
El
feminismo en principio lucha por la equidad
de género y por el reconocimiento de las mujeres como personas
físicas y sujetos
de derecho. Asimismo, sostiene
que ningún ser humano debe ser privado de bien o derecho alguno a causa de
su sexo y
busca conseguir que las mujeres tengan iguales libertades que los hombres,
además de eliminar la violencia
contra la mujer que en su mayoría es ejercida por estos mismos
Como
movimiento social ha buscado promover los derechos
de las mujeres, incluyendo derechos civiles y políticos como votar y
ocupar cargos públicos; derechos económicos como recibir igual remuneración por
igual tarea, ejercer las potestades propias del derecho privado, tales como
suscribir contratos, derechos sociales como recibir una educación, ejercer sus
derechos reproductivos y proteger a otras mujeres de diferentes formas de
violencia como el abuso, el acoso sexual y
la violencia
doméstica. El feminismo además ha jugado un rol importante en
denunciar y cambiar los estereotipos
de género. A medida que el movimiento feminista adquirió relevancia
en el mundo académico, fue generando un cuerpo teórico que ha dado lugar a la
aparición de disciplinas como, por ejemplo, la geografía
feminista, la historia
del feminismo o los estudios
de género. La filosofía política feminista sirve como campo para
desarrollar nuevos ideales, prácticas y justificaciones sobre cómo deberían
organizarse y reconstruirse las instituciones.
Como
movimiento social formado por grupos organizados, el feminismo se ha
desarrollado históricamente en
una sucesión de etapas o fases, a las se ha denominado «olas». En cada fase u
«ola» se han desarrollado ideas y conceptos, teorías, estrategias, acciones y
corrientes muy diversas, por lo que se utiliza, en algunos casos la noción de
«feminismos» para denotar esa diversidad. Como movimiento de transformación de
la sociedad, tiene una vocación de influencia sobre la forma en la que se
conceptualiza la realidad y en el discurso científico.
A lo largo de los años se han desarrollado numerosos movimientos e ideologías feministas que representan distintos puntos de vista y objetivos. Tradicionalmente, desde el siglo xix, el feminismo liberal de la primera ola que buscaba la igualdad política y jurídica a través de reformas dentro del marco de la democracia liberal se contraponía a los movimientos de mujeres proletarias del movimiento obrero que, con el tiempo, se convirtieron en el feminismo socialista y el feminismo marxista basados en la teoría de la lucha de clases. Desde la década de 1960, ambas tradiciones se contraponen también al feminismo radical, que surgió del ala radical del de la segunda ola del feminismo y que reclama una reordenación radical de la sociedad para eliminar al suprema cismo masculino. Estas tres corrientes se denominan a veces como las "tres grandes" escuelas de pensamiento feminista.
Desde finales
del siglo xx,
han surgido muchas formas nuevas de feminismo, siendo algunas de las mismas
criticadas por tener en cuenta únicamente las perspectivas de las mujeres blancas,
de clase media y/o clase alta,
con estudios universitarios, heterosexuales o cisgénero.
Estas críticas han llevado a la creación de formas de feminismo étnicamente
específicos o multiculturales, como el feminismo
negro y el feminismo
interseccional.
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